La reproducción sexual, es decir, aquella en la que es necesaria la participación de machos y hembras, para la producción de huevos (oocitos) y esperma es la que siempre había sido considerada más normal en los antozoos. Además del oviparismo, también se menciona el viviparismo (es decir, que el coral hembra quede “embarazada” por medio de la fecundación interna del ovocito y dé lugar a pólipos que son directamente expulsados al medio).

     Polipo de una colonia hembra en el mes de febrero. Se observa un grupo de óvulos de tamaño y medio y otro grupo de menor talla.
 

La reproducción sexual comienza con la emisión sincronizada por las colonias de ambos sexos de millones de gametos que son transportados fundamentalmente por las corrientes marinas, a pesar de que los espermatozoides tienen flagelos para su locomoción. En una colonia 4 hembras comienzan a liberar los óvulos 3 días después de la última luna llena de Mayo y continúan haciéndolo durante 4 y hasta 6 días. Este proceso se repite en todos los períodos de luna llena hasta principios de Septiembre. La liberación de los óvulos comienza 30 minutos aproximadamente después de la puesta de sol y dura hasta una hora y media. El tamaño de los óvulos se calculó entre 600 y 750 μm. En el caso de las colonias macho se calculó que cada pólipo liberaba 8 X 106 espermatozoides durante un período aproximado de 10-30 minutos (Lasker y Stewart, 1992). Los espermatozoides tienen la cabeza triangular, de 3 μm de largo y 1.5 a 2 μm de ancho en la base, y una cola de hasta 15 μm de longitud y desarrollan una velocidad de 200 μm/s.

      El éxito reproductivo por vía sexual de es muy bajo por los depredadores. La liberación de los espermatozoides por los machos sigue a las lunas llenas en Junio y Julio. Sólo una pequeña parte del total de ovocitos maduros producidos por las colonias hembras son fecundados y se transforman en larvas. Se encontró que la producción de larvas es proporcional a la distancia entre las colonias de ambos sexos. Las larvas se adhieren a la parte externa de la colonia de 3 a 5 días cambiando de la forma oval a una forma agusanada de 2 mm de largo. Esta especie comienza a reproducirse de 3 a 5 años de edad (Brazeau y Lasker 1992).
 Polipo de una colonia macho en el mes de febrero. Se observa el nacimiento de varios espermarios a partir de un septo.

Estas larvas ciliadas, denominadas plánulas, comienzan a nadar en busca de un lugar donde asentarse. Su desplazamiento es muy lento, pues no alcanzan los 30 cm/min de velocidad (Theodor, 1967). Sin embargo generalmente son las corrientes marinas las encargadas de trasladar estas larvas, de pequeño tamaño (unos pocos milímetros) hasta el sitio de fijación. Allí las larvas seleccionan mediante sensores químicos y táctiles el tipo de fondo más apropiado y se adhieren a el por su parte posterior, dando término a una vida libre que pudo durar desde pocos días hasta más de un mes. Este gran intervalo de tiempo esta dado porque en ausencia de un sustrato apropiado las larvas pueden retardar el momento del asentamiento. (Theodor 1967; Lasker y Kim, 1996)

 Polipo de una colonia hembra en el mes de agosto. Los óvulos han alcanzado su máxima talla llenando prácticamente en su totalidad los espacios septales. En la parte inferior izquierda se observa un óvulo pequeño en el que se distingue el núcleo y nucleolo.

 Polipo de una colonia macho en el mes de agosto. Los espermarios han alcanzado una gran talla y se considera que están maduros (la capa de gastrodermis se ha adelgazado).

 Billions of coral gametes make the water appear 'smoky'. Photo courtesy of Denise Ulrich.

 Sperm are barely visible in this photomicrograph negative image. Photo by Barbara Kuehner, University of Hawaii Center, West Hawaii.

 

Una vez fijada comienza en la larva un proceso de transformación complejo. De su parte posterior se origina el disco basal, así como el eje de la futura colonia, mientras que en el extremo anterior se produce una invaginación que da lugar a la boca, formándose después unos tentáculos cortos.

 

Posteriormente se van formando asexualmente otros pólipos, hasta constituir en el transcurso de algunos años una colonia adulta (Theodor, 1971b). Generalmente las gónadas de las colonias machos no son distinguibles hasta la llegada de la estación reproductiva, que en la mayoría de las especies ocurre en la parte más cálida del año (Bayer, 1974; Behety y Guardiola, 1979). Esta dependencia de una temperatura más alta que la habitual para la reproducción se observa claramente en una localidad donde una misma especie se distribuye en un gradiente amplio de profundidad y las colonias de aguas más someras se reproducen primero que las de aguas profundas debido al retardo en el calentamiento de estas últimas.

 

En dos especies de Muricea (Grigg 1977) la mortalidad larval es cerca del 99 %, mientras que después del asentamiento es muy baja, casi constante. La temperatura más que controlar el desove (la liberación de gametos masculinos) lo que interviene es en la maduración ya que se requieren de varios meses de aguas más calidas para que se complete la gametogénesis. La madurez sexual la alcanzan a los 5 (Muricea fruticosa) y 10 años (Muricea californica).

 

 Plánula Larvada

 Óvulos fecundados y Plánula

 OVÍPARAS, VIVÍPARAS

 

Dependiendo de la forma en que los corales se hayan reproducido, estos pueden dar lugar a nuevos pólipos completos, o fases intermedias. La reproducción ovípara, ya sea sexual o asexual, está ampliamente comprobada en distintos antozoos, e igualmente ocurre con el viviparismo.

 

En la reproducción sexual, la generación de una nueva estirpe puede producirse por medio de la producción de huevos y su posterior fecundación, o bien a través de la fecundación de un ovocito femenino en el interior del pólipo hembra del coral.

 

En caso de oviparismo, los huevos son fecundados en el exterior del coral. Hay algunas especies que los expulsan al medio, mientras que otras los mantienen pegados a la colonia por medio de un mucus que producen los pólipos. Aquí maduran hasta que salen las larvas y se asientan en las inmediaciones.

 

En la mayoría de los casos el oviparismo y el viviparismo son resultado de la reproducción sexual, pero se ha comprobado que estos tipos de reproducción pueden también darse asexualmente en algunos corales por medio de la partenogénesis. Este es, en ocasio- nes, el caso para una especie que puede encontrarse en el Mediterráneo y Atlántico, como es el tomate de mar o anémona roja (Actinia equina).

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